Esta obra fue hecha 100% a mano con una técnica ancestral y prehispánica, tradición que se conserva en una pequeña comunidad alfarera llamada Juana Sánchez, a orillas del Río Magdalena. En esta vereda del corregimiento Hatillo de Loba, en la isla de Mompox, algunas pocas alfareras todavía fabrican objetos, con sólo sus manos como herramientas. Ellas llevan en su oficio, una tradición alfarera que tristemente está desapareciendo: la costumbre de enseñarla de generación en generación se terminó.
La elaboración de esta piezas, además de pretender practicar, dominar y perfeccionar la técnica del Rollo Tinajero, tambien busca profundizar sobre el origen, historia y contexto de esta tradición y conocimiento, para lograr su divulgación y registro, y así intentar mantenerla viva. Estas piezas están hechas con arcilla encontrada y sacada directamente de la mina de Juana Sánchez y elaborada en los talleres de las 4 mujeres que conservan la tradición: Elizabeth Pérez, Maria Aislant, y Temilda y Celia Molina. Fueron quemados en el horno de leña de Eder Laguna.